miércoles, 11 de octubre de 2017

Hipatia: El eterno desollamiento del espíritu de la mujer

Hipatia antes que Eva. Hipatia antes que todo porque ella se rindió solo al conocimiento y la tolerancia, porque su máximo amado se llamó Astronomía.

Hipatia porque resucitó una teoría del viejo Aristarco, porque es una de las precursoras de Kepler y la forma elíptica.

Veo a Hipatia en Mercedes Cabello de Carbonera, enclaustrada en un manicomio luego que la terrible sífilis, contagiada por su marido, la llevara al ocaso de la razón. La encuentro en Frances Farmer, escribiendo un ensayo lúcido sobre la muerte de dios y siendo proscrita por los pastores de su comunidad.

Hipatia vive en todas nosotras, fructificó en Simone de Beauviour y en cada mujer intelectual que dedicó su vida al dominio del conocimiento. Su rebeldía está presente en la insolencia de Madona, su inconformismo lo recogen todas las exageradas feministas que sueñan con igualdad y paz.

Presente en toda mártir, en Susana Alfaro, en heroínas de a pie y peruanas. Hipatia está en el alma de toda mujer que reniega de la injusticia y el dominio patriarcal. En toda agnóstica, pagana, atea y cristiana revolucionaria. Hipatia somos todas cuando nos rebelamos y somos libres.



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